sábado, 15 de agosto de 2009

Tristeza y recuerdo en Calle Santa Fe

Luego de las redadas masivas, de los miles de prisioneros amontonados en el estadio nacional, la dictadura aplica la tortura sistemática contra toda persona detenida, la tortura ordenada como un reloj, para quebrar no sólo los cuerpos, sino sobre todo la esencia humana de los militantes (Esposa de Miguel Enríquez en Calle Santa Fe).



Gladys Díaz… torturada en el Estadio Nacional en 1973

Hubo un tiempo en el que este parque vivía la dicotomía total, se mezclaban aquí el dolor dulzón y perfumado de los rosales con los efluvios de la carne asada, con los quejidos y los llantos. No puedo hablar en nombre de los otros prisioneros, cada experiencia es única y se enlaza con la vida de cada ser humano, la vida de antes, el anclaje en el cuerpo, en la cabeza de esta situación en la que la muerte es a veces esperada como una liberación, es para cada uno diferente y si todos tenemos esos filtros de la memoria, ninguno de ellos se parecen. En la víspera al anuncio de mi muerte, las horas pasaban y en la lucha interna entre la luz y las sombras, la luz se impuso; ya no le tenía miedo a la muerte y supe, y esto para siempre, que ellos pueden encarcelarte, despedazarte, romperte los huesos, los tímpanos, abrirte la carne, electrocutarte, todo lo pueden, pero no quitarte la libertad. Si así lo decides. Mía fue la libre decisión de cada acto, de cada gesto, decidí libremente que no estaba derrotada y pude de esa manera tener un comportamiento victorioso.

Hablado en documental Calle Santa Fe.

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