Su hijo “Yuri” se llego a mimetizar con un árbol a la salida del campo de prisioneros de “Tres Alamos”, esperando cada día su regreso. El tablero de ajedrez en el que su padre lo inició a mover los peones fue mudo testigo nocturno de su angustia. Sus largas caminatas durante las cuales le enseñaba a contar quedaron para siempre en su recuerdo. (Yuri es hijo de un detenido desaparecido durante la dictadura en Chile, tenía 7 años cuando dejó de ver a su padre).