sábado, 12 de diciembre de 2009

Regreso al otro lado



Ufff… ya está por culminar una de las etapas más importantes de esta vida errante y afortunada y lo único que pienso es en regresar en un futuro cercano, en volver a vivir en estos lugares tan diferentes que me acogieron y me enseñaron que el luchar por ser mejor superan cualquier obstáculo, que uno mismo se forja el destino y que la vida se encarga de premiarte. A veces siento que la vida me ha premiado más de lo que nunca me habría imaginado y constantemente me pregunto qué he hecho para merecer tantos buenos momentos. Sé que la respuesta está por ahí en mi interior, en mi vida, en las ganas y en la fuerza que me mueve día a día para provechar cada momento.
Estos meses han sido un cúmulo de nuevas emociones, muchas de ellas no he sabido canalizarlas y me han quitado algunas horas de sueño. Ahora miro a mi alrededor y digo “estoy aquí”, en este preciso momento me encuentro en un lado que siempre quise cruzar, lo he cruzado y me ha dejado con el pecho apretado de tanta emoción. He logrado conocer y cumplir pequeños y grandes sueños que desde pequeño forjé al punto de humedecer los ojos, hablar conmigo mismo en la parte más alta de esa torre es y será una experiencia que jamás olvidaré, seguiré el camino decidido en ese momento volviendo al otro lado y me dedicaré a cumplir esos pequeños sueños que convencido me dije. Tengo muchas cosas que hacer al otro lado, pagar deudas de amistad, retomar cosas que están encerradas y que son importantes, regalarme nuevos estudios y seguir creciendo continuamente. Aprender que la vida sigue, que corre acelerada por mi camino y que no debo dormirme.
Sé que lo aprendido aquí y me refiero a todo aspecto, ha forjado mi actuar regresando a Chile y agradezco a todas aquellas personas que he conocido. Estas son algunas palabras (algo que acostumbro a regalar) para ustedes:
A veces hay personas que pasan frente a ti y las dejas pasar, ni siquiera te cuestionas que ellas pueden entregarte infinitas alegrías y recuerdos imborrables. Yo no pedí que se cruzaran en mi camino, ni siquiera me lo imaginé, pero ustedes cruzaron su camino con el mío y nos bajamos sin querer en este paraíso. Vivimos experiencias que nos llevaron a reír sin parar y otras a llorar secretamente en un mundo que por el momento es de fantasía, nos extrajeron para compartir una experiencia única en la vida y sin darnos la elección, de otra forma no nos hubiésemos cruzado. Ahora que ya hemos conocido lugares fascinantes, estudiado y compartido nuestro cotidiano, no me queda más que agradecer y llevarlos en el recuerdo de aquí hasta la eternidad, sé que en algún momento, nuestros caminos tendrán un paradero en común y nuestras historias se volverán a juntar, no lo sé cuándo ni lo quiero saber, lo único que me convence, como dijo una nueva amiga, es que nuestra amistad no depende de cosas como el espacio y el tiempo y es que las personas importantes, de piel o no, se volverán a cruzar conmigo. Un afectuoso abrazo.
Recuerdo de los tres meses vividos en Toulouse, Francia.