viernes, 19 de marzo de 2010

Cuando todos se vayan




Cuando todos se vayan a otros planetas
yo quedaré en la ciudad abandonada
bebiendo un último vaso de cerveza,
y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
como el borracho a la taberna
y el niño a cabalgar
en el balancín roto.
Y en el pueblo no tendré nada que hacer,
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados
o sentarme en el roído mostrador de un almacén
para hablar con antiguos compañeros de escuela.
Como una araña que recorre
los mismos hilos de su red
caminaré sin prisa por las calles
invadidas de malezas
mirando los palomares
que se vienen abajo,
hasta llegar a mi casa
donde me encerraré a escuchar
discos de un cantante de 1930
sin cuidarme jamás de mirar
los caminos infinitos
trazados por los cohetes en el espacio.

Teillier

sábado, 13 de marzo de 2010

El desierto




El desierto es un lugar de testimonios, un entorno místico de una psicología extraña, de una sensorialidad austera que conquista, con una estética realmente abstracta y una historia cargada de hostilidad. Sus formas son audaces e incitantes. La mente queda presa de la luz, el espacio, la originalidad cinestética de la aridez, las altas temperaturas de día y el viento se enredan con el frío de la noche. El cielo del desierto es envolvente, magestuoso y terrible. En otros hábitats, la línea del horizonte se quiebra y se oscurece; en el desierto se funde con la bóveda que está sobre nuestras cabezas, infinitamente más basta que la que se puede ver en otros paisajes. En este cielo panorámico, las nubes parecen más compactas y a veces hasta se puede divisar la curvatura del globo. Los 360° llenos de angularidades confiere una arquitectura inigualable y monumental tanto a las nubes como al relieve. Es al desierto donde se dirigen profetas y ermitaños, es en él que los líderes de las grandes religiones han buscado los valores terapéuticos del retiro, no para escapar, sino que para descubrir.
El desierto me permite atrapar un poco de polvo de las estrellas y valorar la posibilidad de ver. Es en el Pan de Azúcar donde atrapé un poquito.