miércoles, 26 de agosto de 2009

No estoy solo...

A veces siento que caigo... pero es momentáneo.
A veces las ganas de huir me hacen daño... pero las soporto.
A veces lo logro...a veces disfruto, a veces recorro.
No tengo miedo, para cuando esté solo, estaré mejor de lo que estaba antes.



Have no fear, For when I´m alone, I´ll be better off
Than I was before

I´ve got this life, I´ll be around to grow, Who I was before
I cannot recall

Long nights allow, Me to feel I´m falling, I am falling

The lights go out, Let me feel I´m falling, I am Falling

Safely to the ground

I´ll take this soul, that´s inside me now, like a brand new friend
I´ll forever know

I´ve got this life, and the will to show, I will always be
Better than before

Long nights allow, me to feel I´m falling, I am falling

The lights go out, Let me feel I´m falling, I am falling

Safely to the ground

lunes, 24 de agosto de 2009

NOMADE



NOMADE...
Viajé sintiendo un torbellino de emociones, con el temor que produce lo desconocido e incierto; pero aún así creía que hacía lo correcto. Ya varias veces había cruzado ese canal magestuoso en compañía de excelentes amigos, en aquellos viajes tranquilizantes de veraneo, mas ahora lo hacía para vivir al otro lado: en el lado mágico. E iba solo. Miraba el camino recto rodeado de verde y sol. Un bosque alegre con casas tejuelosas se cernía tranquilizador sobre los márgenes de la ruta. Ya faltaba poco para que el viento despoje a los árboles de su manto verdoso y éstos parecían alegrarse de recibir otro visitante, bajo el luminoso sol de medio día, brillantes como un buen presagio. La misma tierra era la fertilidad en su máximo esplendor, con vida y movimiento, fría pero a la vez radiante en calor, colorida y desnuda , su espíritu era más que el espíritu de la vida. Yo insinuaba una especie de risa nueva: una risa que aún no puedo describir. Es lo que me produce la magistral sabiduría de la eternidad de la Isla que se reía de la futilidad de la vida al otro lado. Era la naturaleza salvaje, el helado y a la vez caluroso y acogedor corazón de las tierras chilotas del sur de Chile.
Mi isla, como a veces creídamente le llamo, es un lugar de revelaciones, un lugar de una genética extraña, con una estética definida pero a la vez abstracta y una historia cargada de hospitalidad. Sus formas son incitantes y bellas. La mente queda presa de la lluvia y las nubes, del sol y el viento. A esta isla donde me dirigí, buscando nuevos valores terapéuticos y espirituales, nunca escapé de la realidad, sino que sólo quiero descubrirla.
Quería movimiento y no una existencia sosegada y coartada de la gran ciudad. Quería simpleza, emosión y nuevas experiencias, así como la oportunidad de entregar amor y pasión. Me sentía henchido de tanta energía que no podía canalizarla a través de la vida tranquila y rutinaria que llevaba. Nómade. Muchos saben que el nomadismo me ha estimulado y llenado de júbilo. Es mi pensamiento, la condición nómada está asociada a viajar, cambiar, hasta escapar de la opresión y las obligaciones reinantes. Me gusta ese sentimiento de libertad que me da el viajar y respirar otro aire.
Si ahora recibo el día y la noche con alegría, si puedo observar desde mi ventana el mar y la cordillera con una café hirviendo en la mano, si la vida despide la fragancia de la naturaleza y el efluvio de la lluvia , si es más flexible y bondadosa, estrellada e inmortal, el mérito es mío (frase basada en aquella de Henry Thoreau).

Sí, el mérito es mío.

martes, 18 de agosto de 2009

Trato indigno a los profesores de Quellón




Quisiera expresar mi profunda tristeza y malestar por lo ocurrido en la comuna donde trabajo el pasado miércoles primero de julio. Soy un joven y soñador profesor de matemática y me desempeño desde el mes de marzo en un liceo municipal con alto riesgo social de la comuna de Quellón en la isla grande de Chiloé. Durante este tiempo las relaciones entre mi gremio y las respectivas municipalidades se han visto alteradas debido a la existencia del famoso Bono SAE, como docentes hemos luchado por nuestros derechos, y por lo que por ley nos corresponde y nos hemos enfrentado a la opinión pública y a la sociedad en general, que muchas veces opina erróneamente que queremos sólo plata sin importarnos nuestros estudiantes. Lo cual no es así. Si queremos una sociedad justa, con igualdad, donde los derechos de cada persona sean respetados, lo mínimo que debemos hacer es exigirlos, como muchas veces canté en las protestas realizadas hace un tiempo “el profe marchando, también está educando”.
El pasado miércoles correspondía el pago de este bono, la asociación nacional de alcaldes se había comprometido a cancelar un abono al término del mes de junio y Quellón no cumplió. Los profesores quelloninos son aguerridos y los compromisos se respetan ante todo. Ese día dejamos nuestras labores docentes y fuimos en masa a la municipalidad a exigir una solución y el alcalde Iván Haro no apareció. En su lugar envió el Secretario de la Corporación de educación a justificar los claros problemas de gestión que ocurrieron con excusas baratas y inconsistentes. La conversación quedó en nada. Decidimos quedarnos en la municipalidad y tomarla sin daños ni perjuicios por unos minutos. Cantamos y conversamos mientras esperábamos que llegara el edil. Hubieron encuentros entre algunos colegas y funcionarios municipales que fueron considerados ataques, oíamos comentarios dolorosos y despectivos de la gente que pasaba, como por ejemplo “por suerte estudié en un colegio particular”, “éstos quieren pura plata”, entre otros; lo que me demuestra el pensamiento de mucha gente, que ve a mi profesión como lo más bajo, la triste y ambiciosa labor de profesor, la lacra de entre las profesiones.
Tiempo después llegaron los carabineros, quienes sin problemas abrieron el municipio y gestionaron un encuentro entre nuestros dirigentes y el alcalde, quien para nuestra sorpresa estaba en el municipio, escondido cobardemente en algún lugar y obligado por la presión del momento tuvo que salir. Nuestros dirigentes conversaron con él y nosotros esperando afuera. Por palabras de los dirigentes, al principio la reunión fue tensa, pero luego se pudieron plantear los puntos de vista de ambas partes y se llegó a la conclusión de cancelar el bono SAE el viernes 03 de julio, todo esto por gestiones realizadas principalmente por la gobernación que por la municipalidad.
Luego nos fuimos del municipio a digerir lo sucedido a la casa comunal del profesor. A los pocos minutos oímos de una de las radios de la comuna, que el alcalde estaba emitiendo su opinión en vivo sobre lo sucedido con los profesores a la comunidad. Para nuestra sorpresa nos trató de delincuentes, gente que debería irse del pueblo, mencionó el nombre de algunos colegas (que ellos no eran bienvenidos por el pueblo y que ojalá se fueran), entre otras ofensas y calumnias.
Yo sinceramente quedé impresionado. Mudos por un rato, todos mis colegas y yo no podíamos creer que el líder de la comuna basureara de esa forma a los profesores de la comuna, que trapeara el piso con las personas que educan a sus niños, sus adolescentes y adultos, que nos tratara como unos vulgares delincuentes. Ese día había entre nosotros colegas con muchos años de experiencia, docentes conocidos y dignos de respeto, pero aún así se nos trató de la peor forma.
Ahora me pregunto, delincuentes ¿por qué? Por ser consecuentes con lo que se piensa, por exigir que las leyes se cumplan, por buscar el diálogo antes que la confrontación, por enseñar con el ejemplo que la dignidad de las personas y de mi profesión no se transa, le digo al Sr. Iván Haro que eso es precisamente lo contrario a ser delincuente; delincuente es aquel que comete algo ilícito y luego se esconde para no ser juzgado, aquel cobarde que no da la cara cuando comete un error y no cumple la ley, eso se acerca más a la definición de delincuente.
Al otro día, para colmo de la vergüenza, aparecen funcionarios de la municipalidad hablando ignorancias con respecto a los profesores, un par de señoras que ni siquiera tienen claridad de nuestro conflicto para ir a hablar a la radio y basurear nuestra profesión. Esa actitud me recuerda sucesos pasados… pero no importa, aún confío que nuestra comunidad sabe que no somos delincuentes, que día a día recibimos a sus hijos con todo el cariño y la dedicación que podemos entregar. No queremos por nada seguir parando clases, sólo queremos un trato justo y digno con todos los profesores y profesoras del país y que se valore, por fin, el aporte que hacemos a la sociedad.
Por último déjenme decirles a al señor alcalde de Quellón y a “sus” funcionarios que adoro mi profesión, luché toda mi vida por estudiar algo que me llenara de orgullo, que alimentara mi espíritu y me hiciera sentir parte importante de mi sociedad, la cual me necesita y deseo mejorar. Logré cumplir mi sueño de ser docente y puedo decir con orgullo que soy un PROFESIONAL DE LA EDUCACION, no permitiré que nadie me trate con desprecio por ser docente, exijo respeto y buen trato; porque yo, como muchos otros colegas, luchamos por los derechos no por el Bono. A mí esta vez ni siquiera me corresponde. Lo leyó bien.

Rodrigo Jiménez V.
Quellón - Chiloé

sábado, 15 de agosto de 2009

Momentos de magia infinita





Sin duda este viaje cambió las líneas de mi destino, la observo y evoco viejos momentos de mi vida...momentos donde salía a jugar a la calle y sólo me entretenía, instantes donde escuchaba las historias de terror de mis amigos y me asustaba. Recuerdo cuando me sentaba en un piso pequeño y leía las líneas del libro de lenguaje que la viejita me prestaba y me escuchaba calmadamente, le cantaba canciones que aprendía en la escuela y me daba onces al estilo campesino; como olvidar esas frías noches de invierno en la casa de mi abuela donde jugaba a la escoba y a la burra con los dos viejitos y siempre perdía, oía con miedo el viento y su serpenteo con los árboles… me dormía entre las montañas en la más infinita soledad del invierno y miraba, al final del camino una vela tranquilizadora. No recuerdo bien que pensaba en esos momentos, sólo los vivía. Evoco, sólo evoco. Mi mente me lleva a esas salidas veraniegas a la mosqueta y al pasto de la flor amarilla, para conseguir esas monedas y así comprar algunos útiles escolares, días sacrificados mientras otros jugaban, pero para mí eran también un juego, me acompañaba de mi hermano y mis amigos, comíamos tomates con sal, robábamos frutas y nos bañábamos en esos ríos que ahora no existen, esos momentos sin duda marcaron lo que ahora soy, alimentaron esa sencillez que me caracteriza y forjaron esos valores que tanto admiro en mí, como son la solidaridad y la empatía. Muchas veces me soñaba siendo adulto y nuca me vi en el entorno donde crecí, siempre me dije que sería un patiperro, adicto a los viajes y a conocer, pero sin descuidar algo muy importante: el estudio, aprender y compartir lo que podría aprender. Luché tanto por lograr lo que tengo, que ahora que gran parte está concretado lo único que me queda es continuar logrando infinitas experiencias, conociendo miles de personas y miles de lugares...
Ya no escucho historias de terror como antes, no salgo en los veranos a buscar mosqueta, ni voy a leer y cantar. Pero sin duda, agradezco el haber tenido esa vida, envidiable para muchos y carente para otros; para mí, fue la ideal.
Ahora, que han pasado algunos años, veo materializado tantos sueños, luchaba por lograr estudiar en el extranjero y la vida premia mi lucha con este viaje a Europa... un viaje que cambiará para siempre mi destino. Sólo queda agradecer y seguir, junto a mi copa de cerveza, mirando esta foto.

Tristeza y recuerdo en Calle Santa Fe

Luego de las redadas masivas, de los miles de prisioneros amontonados en el estadio nacional, la dictadura aplica la tortura sistemática contra toda persona detenida, la tortura ordenada como un reloj, para quebrar no sólo los cuerpos, sino sobre todo la esencia humana de los militantes (Esposa de Miguel Enríquez en Calle Santa Fe).



Gladys Díaz… torturada en el Estadio Nacional en 1973

Hubo un tiempo en el que este parque vivía la dicotomía total, se mezclaban aquí el dolor dulzón y perfumado de los rosales con los efluvios de la carne asada, con los quejidos y los llantos. No puedo hablar en nombre de los otros prisioneros, cada experiencia es única y se enlaza con la vida de cada ser humano, la vida de antes, el anclaje en el cuerpo, en la cabeza de esta situación en la que la muerte es a veces esperada como una liberación, es para cada uno diferente y si todos tenemos esos filtros de la memoria, ninguno de ellos se parecen. En la víspera al anuncio de mi muerte, las horas pasaban y en la lucha interna entre la luz y las sombras, la luz se impuso; ya no le tenía miedo a la muerte y supe, y esto para siempre, que ellos pueden encarcelarte, despedazarte, romperte los huesos, los tímpanos, abrirte la carne, electrocutarte, todo lo pueden, pero no quitarte la libertad. Si así lo decides. Mía fue la libre decisión de cada acto, de cada gesto, decidí libremente que no estaba derrotada y pude de esa manera tener un comportamiento victorioso.

Hablado en documental Calle Santa Fe.